LAS MUJERES PROEMINENTES DE LA HISTORIA
ROSA LUXEMBURG
por: Dra.
Celia Moreno-Serrano
Admiró a esos
hombres y mujeres que sacrifican su vida por ideales en pro de una mejor
sociedad, ya sea enalteciendo la solidaridad social o el amor al prójimo.
Muchos hombres y
mujeres influenciados por las ideologías nacientes en el siglo XIX, el
socialismo y el comunismo, lucharon por lo que ellos pensaron sería una mejor
sociedad. Para comprenderlos tenemos
que situarnos en ese momento histórico en el cual la gran masa estaba en una
situación de miseria alarmante, sin ningún tipo de protección social. En ese momento, El Capital de Karl Marx,
obra monumental por su analísis sistémico de la realidad de la época,
representó una esperanza y una alternativa a las concepciones “mercantilistas o
liberales” que predominaban en ese entonces.
Su proposición fundamental era el control de los medios de producción
para beneficio de las grandes mayorías.
Cualesquiera que
sean nuestras convicciones políticas, debemos ver en esos hombres o mujeres,
ese sentimiento de profunda humanidad que les guió a sacrificar sus propias
vidas en aras de la materialización de una mejor sociedad.
Una lider de
mucha influencia en el partido socialista alemán y polaco fue Rosa Luxemburg. Representante de las
minorias por ser mujer, polaca y judia.
Nacida en 1871 en Zamosc, Rusia, participó desde muy joven en los
movimientos de los trabajadores. En
1889, se irá a vivir a Suiza para evitar la prisión por sus actividades
políticas.
A partir de 1898
residiría en Alemania en donde se haría ciudadana alemana y obtendría su titulo
de Doctora en Economia, convirtiendose al mismo tiempo en miembra activa del
Partido Social Democrata. Más tarde
junto a Karl Liebknecht formarían el grupo de los “Espartaquistas”, el ala
izquierda del Partido Socialista Alemán; grupo que dió origen al partido
Comunista Alemán.
La lucha de estos
grupos y diversos movimientos sociales logró que el gobierno, por miedo a “la
revolución roja” y temor a un golpe de Estado, tomara medidas para mejorar las
condiciones generales del pueblo incrementando las medidas de protección social.
En 1913 publicó
su obra cumbre “La Acumulación del
Capital” en donde señala que “el capitalismo se expandirá irremediablemente
a los países sub-desarrollados a causa de la insuficiencia creciente de la
demanda y del mercado, causando así tensiones internacionales crecientes e
inestabilidades políticas que caracterizarán el mundo moderno”.
Por oponerse a la
Primera Guerra Mundial, Rosa Luxemburg fué enviada a prisión hasta 1918. Luego de su salida de la cárcel en 1919, se
uniría, junto con Liebknecht, al levantamiento contra el gobierno alemán. Ambos fueron arrestados y asesinados por las
tropas alemanas ese mismo año.
Lo cierto es que
muchos de los conceptos desarrollados por esas ideologías y movimientos
socialistas, comunistas y anarquistas del siglo XIX hoy hacen parte de nuestro
legado cultural, como lo son: la constitución de los sindicatos, el derecho a
una protección social, el deber del estado de proteger nuestros derechos
fundamentales, el concepto de propiedad nacional de los medios de producción o
servicios públicos y la regulación o control estatal de las economias
nacionales.
Hoy en día estos
conceptos han sido integrados con matices o niveles diferentes y evidentemente
con sus respectivas modificaciones por las ideologías liberales o dichas de
derecha. Tanto es así que en la meca
del capitalismo, los Estados Unidos de Norte America, la intervención estatal
en pro de la protección del sector agropecuario ha sido apoyada por todos los
gobiernos de las dos tendencias, democratas y republicanos.
En nuestro país,
lo que antes se veía como una amenaza “socialista”, o sea las nacionalizaciones
de los servicios básicos, hoy en día se percibe como algo necesario, natural y
deseable en pro del bienestar de las grandes mayorías. Algunos que antes la combatian ahora la
defienden.
Porque las seres
humanos cambian, los fenómenos sociales se modifican y las realidades
evolucionan también; los instrumentos para transformarlas o cambiarlas
igualmente tienen que cambiar y evolucionar para adaptarse a las nuevas
necesidades, expectativas y deseos de la población. Nuestro deber y exigencia para nuestra sobrevivencia y necesidad
de desarrollo, es el de mantenernos suficientemente abiertos, flexibles y
dispuestos a transformarnos para poder adaptarnos a las evoluciones y cambios
de la sociedad. Sin cambio o
transformación ningún progreso o desarrollo sería posible.
Asi mismo, la
caida del muro de Berlín nos enseño que el control total de los medios de
producción genera un paternalismo que puede llegar a matar el espiritú de
creatividad e iniciativa en los ciudadanos y de que la sobreprotección es otra
forma de alienación, que genera otro tipo de disfunciones perniciosas para la
sociedad. También nos dice que el
axioma de que todo hombre desea ser altruista, debe ser revisto y que el ser
humano por tener motivaciones diferentes, necesita de diversos tipos de
alicientes; que a este no se le puede normar u homogenizar; que la
transformación del hombre viene de adentro y debe irradiar hacia afuera; que
toda transformación impuesta no es sino una mascarada; que el ser humano
necesita ser responsabilizado por sus acciones y las consecuencias de las
mismas para poder accionar. Por ende,
la autogestion y la responsabilización del ser humano es necesaria para que
este pueda alcanzar su máxima potencialidad y que pueda darse entonces un
desarrollo real en la sociedad.