LAS MUJERES PROMINENTES PANAMEÑAS
CLARA GONZALEZ Y EL DERECHO AL VOTO
Celiamoreno60@yahoo.com
Hoy en día muchos de los derechos que
nos parecen incuestionables fueron consecuencias de largas luchas llevadas a
cabo por mujeres dotadas de una profunda determinación y motivación
personal. El derecho a la educación,
así como el derecho al voto femenino que tiene en nuestro país escasamente 53
años de vigencia, son unos de ellos.
Los albores de la lucha por el derecho
al voto de la mujer podemos situarlos a mediados del siglo XIX, cuando por
primera vez John Stuart Mill representando al movimiento sufragista, presenta
en 1866 la petición del sufragio femenino en el parlamento inglés. Este movimiento se extenderá a todos los
países de Europa, que serán asi los primeros en adoptar el derecho al voto
femenino, el primer país en adoptarlo será Nueva Zelandia en 1893.
En cuanto a la América Latina el primer
país en incorporar esta reforma fue el Ecuador en 1929, seguido de Brasil y
Uruguay en 1932, Cuba en 1934, el Salvador en 1939 y la República Dominicana en
1942.
En Panamá la lucha por el derecho al
voto femenino comienza en los años 20 cuando la Federación Obrera apoya la
reinvindicación del sufragio femenino en 1921 y finalizará con la adopción del
derecho al voto de la mujer, el 2 de febrero de 1945. Esta lucha será simbolizada en nuestro país, por una mujer de
vanguardia, dotada de una determinación y convicción personal inquebrantables, Clara González de Behringer.
El principio de siglo, el año 1900,
estuvo marcado por dos eventos importantes para el movimiento por el sufragio
femenino: el primer Congreso Internacional sobre el Derecho de la Mujer que
tuvo lugar en Paris y el nacimiento de Clara González en Remedios provincia de
Chiriquí.
Clara realiza estudios en la Escuela
Normal donde se gradua de maestra en 1918 y será la primera mujer en obtener el
titulo de Licenciada en Derecho en 1922.
Sin embargo no podrá ejercer su profesión puesto que a las mujeres le
era prohibido el ejercicio del derecho; no será sino hasta 1924 que se
adoptará, gracias a la ley 55, el derecho a ejercer la abogacia para las
mujeres. Su tésis de graduación
titulada “La Mujer ante el Derecho Panameño” , será uno de los primeros
estudios realizados sobre la situación jurídica de la mujer de aquella época.
La necesidad de estructurar y organizar
este movimiento en pro de la participación política femenina para así tener una
mayor incidencia en la sociedad, llevará a Clara González junto con Sara
Sotillo, Elida Campodónico de Crespo, Rosa Navas y muchas otras a fundar el
Partido Nacional Feminista en 1924.
La lucha por la reinvindicación en pro
de la participación política femenina no podía darse, evidentemente, sin una
capacitación previa de las mujeres para ejercer este nuevo derecho, ya que este
era uno de los argumentos de los opositores al derecho femenino que declaraban
que la mujer “no sabía nada de política”
y que no podía ejercer correctamente su derecho al voto.
Para contrarrestar esta argumentación,
Clara junto con un grupo de mujeres tan emprendedoras como ella crearón la
Escuela de Cultura Femenina, donde se impartían clases de política, história,
cívica y toda materia de utilidad para el desarrollo profesional y social de
las mujeres.
En 1929, luego de finalizar estudios de
Maestria en Estados Unidos, Clara se concentrará en la lucha por la adopción de
numerosas reformas legislativas en diversas areas: la protección de la familia, las madres, el menor, el derecho
político femenino, y evidentemente principalmente el derecho al voto de la
mujer.
Como todos los seres humanos únicos y
excepcionales que marcarón nuestra historia, fue una mujer que rompió esquemas
y estableció nuevos marcos de referencia, nuevos paradigmas, convirtiendose en
una pionera en muchas areas. Así, en
1947 será la primera mujer en ser postulada como candidata a la segunda
vicepresidencia de la nomina presidencial del Partido Renovador. Con la creación del Titular de Menores en
febrero de 1951, se convirtió en la primera mujer a ser nombrada Juez de
Menores.
Esta mujer de vanguardia, fue ante todo
una mujer solidaria y empática con los menos favorecidos entre sus
conciudadanos, en este caso los menores y las mujeres. Lider y docente, nos habla de lo que todo
ser humano debe practicar cotidianamente, esto es el reforzamiento
positivo: alagar a otros por lo
positivo de sus obras o comportamientos.
En su publicación sobre “La Familia y la Escuela en Relación con la
Delicuencia Juvenil”, ella nos dice:
“Todo niño o adulto se siente
gratificado cuando sus esfuerzos son reconocidos, o cuando su buen
comportamiento es objeto de apreciación....lo que le hiere y desalienta es el
ser ignorado...”
Comparto la opinión de Rodrigo Noriega
en el excelente artículo-homenaje que redactara a la muerte de Clara González:
“Clara González: Panamá y la Mujer”,
en donde nos dice que “en cada panameño
hay algo de Clarita, hay algo de esa fuerza por ser libre, por liberar a los
demás...”, y debo agregar a eso que en cada mujer panameña hay una Clara
González: una mujer trabajadora y
determinada que lucha por sus ideales y que está a la escucha del clamor de los
más oprimidos.